El descaro y la infamia van siempre de la mano, lo que cambio es en la forma en que se deja sentir. La importancia que le demos dependerá de cuanto estemos dispuestos a aceptar que se inmiscuya en nuestras vidas. Algunos se las dan de moral y de rectos, más sin embargo invitan continuamente al descaro y la infamia a pasear con ellos. El asunto es que les gusta tanto su compañía que se quedan con ellas permanentemente haciéndolos participes de su vida virtual y quien sabe si de su vida real. Basta ya de la hipocresía y la doble moral…
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